Familias de desaparecidos impulsan una base de datos de fosas comunes con las pistas que han encontrado en cementerios para hallar a sus seres queridos y armar el rompecabezas del problema en México, que suma más de 112 mil casos.
Acompañadas de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), familias de Jalisco inspeccionan registros de inhumaciones en panteones para formar la base de datos del Módulo de Fosas Comunes.
Han verificado las condiciones en las que entierran los cuerpos no identificados, y acceden a documentos de cada cementerio para rescatar fechas y lugares en los que hallaron un cadáver, en qué condiciones estaba, características y cuánto tiempo pasó en el Servicio Médico Forense (Semefo).
También han constatado las irregularidades en los procesos legales y forenses, dijo Guadalupe Ayala, miembro del colectivo de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos en Jalisco (Fundej).
Un ejemplo de ello es la visita al panteón del municipio de Ocotlán, donde vieron que restos de 47 personas están en un solo espacio y no hay documentos que ayuden a identificarlos.
Las representantes de la CNB realizaron en marzo de 2022 una primera visita a Jalisco para recopilar información de dos panteones en el municipio de Guadalajara, pero en esta segunda ocasión colectivos se unieron con renovadas esperanzas para encontrar a sus familiares.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, Jalisco es el estado con más casos de desaparición forzada, con 15 mil 10 personas, seguido de Estado de México con 12 mil 682 y Tamaulipas con 12 mil 632.
El hallazgo de al menos 168 fosas clandestinas desde 2018, muchas de ellas con cuerpos fragmentados, aunado a la falta de personal forense especializado e infraestructura, complica la identificación y provoca que las familias esperen años para tener los restos de sus seres queridos.
Lo anterior, ilustra el caso de Brian Manuel Simental, desaparecido el 10 de enero de 2022, a quien su madre, Teresa Sánchez, realizó múltiples visitas al Semefo y varias confrontas de ADN sin éxito.
Pero un grupo ciudadano de búsqueda identificó a Brian en octubre en el mismo Semefo, al que llegó 5 días después de su desaparición y en donde estuvo todos esos meses.
Sánchez contó que, tras encontrar a su hijo, se dedica a ayudar a familias con desaparecidos y sabe que buscarlos en panteones es una manera de sortear las irregularidades.
Funcionarios de la CNB han visitado 37 panteones desde 2020 en Estado de México, Sonora, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz, Morelos, Jalisco y Ciudad de México, y han recabado más de 21 mil registros.
Con esta modalidad de búsqueda han identificado a nueve personas y hay 51 carpetas en seguimiento.
Los datos encontrados en los panteones se confrontan con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas y los bancos de ADN para buscar similitudes que ayuden a resolver más casos, explicó Xcaret González, de la Dirección de Operaciones de Búsqueda de la CNB.
Detalló que el levantamiento de estos registros en campo es valioso, pues no todos los cuerpos sin identificar en fosas comunes pasan por los servicios forenses.
Durante las visitas escanean los documentos encontrados para que añadirlos a la base de datos del Módulo de Fosas Comunes de la CNB, que es público y está en línea, detalló Daniela López, enlace de la CNB en Jalisco.