Las autoridades no pueden confirmar que los restos encontrados en bolsas pertenecen a los desaparecidos
La Fiscalía de Jalisco ha encontrado este miércoles varias bolsas con restos humanos durante un operativo para localizar a los siete jóvenes que desaparecieron la semana pasada después de entrar a trabajar a un call center en Zapopan, un municipio al este de Guadalajara, la capital del Estado. Todavía no hay información sobre si los cuerpos encontrados pertenecen a los jóvenes desaparecidos, ha dicho el titular de la Fiscalía, Luis Joaquín Méndez Ruiz, aunque se hallaron varios cuerpos. Pertenecían a mujeres y hombres, pero no se sabe si en la misma proporción que los que empezaron a desaparecer el sábado 20 de mayo. Aquel fatídico día se declaraba como desaparecido a Carlos Benjamín García Cuevas. Después le seguían los hermanos Itzel Abigail y Carlos David Valladolid, Arturo Robles, Jesús Alfredo Salazar, Mayra Karina y Jorge Velázquez. Siete jóvenes que apenas habían cumplido los 30 años.
Los cuerpos han aparecido en una zona de difícil acceso de la Barranca de Huentitán, al oeste de Guadalajara, una zona verde y llena de vegetación que en esta época del año se mostraba llena de tierra y ramas secas. Hasta allí se han desplazado unos 50 funcionarios del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, la Fiscalía y Protección Civil. Han conseguido llevar los cuerpos fuera de la zona en un helicóptero, que iba y venía transportando en una cesta bolsas negras en las que presuntamente estaban los cuerpos de las víctimas.
“No podemos confirmar en este momento que se trate de las personas desaparecidas en las fincas de La Estancia y Jardines Vallarta”, ha dicho, en referencia a los lugares en los que estaban ubicados los call center de donde desaparecieron los siete jóvenes que llevan días buscando. “Tenemos que esperar que lo confirme el Instituto Forense”, ha dicho el fiscal del Estado que carga con la cifra de desapariciones más alta de México. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas registra 14.979 personas desaparecidas y no localizadas en lo que va de año.
Las autoridades siguen buscando en otras zonas para encontrar a los jóvenes, al menos hasta que se confirme que los cuerpos encontrados eran de ellos. Las familias de los desaparecidos les perdieron la pista en diferentes puntos y momentos, pero todos fueron vistos por última vez cuando iban a los dos call center en los que trabajaban, según defienden sus familiares, vendiendo paquetes vacacionales a extranjeros. La versión de la Fiscalía y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana es otra: los jóvenes estaban presuntamente involucrados en un esquema de fraudes a adultos mayores extranjeros, principalmente de Estados Unidos.
En sendos cateos a los establecimientos donde trabajaban los jóvenes, y donde se les vio por última vez, la Fiscalía encontró restos de sangre en un trozo de tela y en un trapeador y marihuana. También encontraron cortados los cables de los ordenadores en los que trabajaban, faltaban partes de varios de esos aparatos y había pizarrones con nombres de extranjeros, anotaciones de membresías y metas económicas. El local, que estaba en la calle Víctor Hugo, en la colonia Jardines Vallarta, no contaba con ninguna licencia para funcionar, según la Fiscalía. “Cualquier actividad que se estuviera realizando en el interior estaba fuera del marco de la legalidad”, afirmaron las autoridades.
En los últimos días, varias autoridades han ido reforzando la hipótesis de que los jóvenes estaban involucrados en algún tipo de negocio ilegal. Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, aseguró que en el negocio que tenían allí montado era un “centro de operaciones de otra naturaleza”. Y Rosa Icela Rodríguez, la titular de la Secretaría de Seguridad Pública de México, dijo durante la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, ayer por la mañana, que se trataba de jóvenes que “estaban realizando algún tipo de fraudes inmobiliarios y algún tipo de extorsiones telefónicas”.
El fiscal, en días anteriores, confesó que una de las líneas de investigación más probables tiene que ver con el Cartel Jalisco Nueva Generación. Este grupo criminal, según el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, tiene importantes negocios en el ramo de extorsión telefónica y fraudes a adultos mayores al otro de la frontera, a los que convencen para pagar dinero a cambio de alquileres inmobiliarios en Puerto Vallarta. Cuando las personas pagan los impuestos requeridos o el adelanto que está pidiendo un propietario ficticio, los defraudadores desaparecen con el dinero de las víctimas. Esta línea de investigación se mantiene, a falta de que la Fiscalía ofrezca más información al respecto.